crónica

El pueblo que celebraba el 20 de enero como es de costumbre, en los aires musicales del porro regional, mientras las calles estaban arregladas con papel multicolores, los fandangos alzaban velas y sombreros para honrar sus aborígenes y en medio del desfile tomaban ñeque, un trago artesanal del norte de Colombia; desde los palcos se encontraba el pueblo quienes enaltecían los símbolos costeros. Con alegría, sale una de las representaciones sucreñas que brindaba su saludo al pueblo, el emblema de la belleza de la región salió vestida de amarillo, su traje destacaba presencia y luz entre la multitud, todos la llamaban señorita Sucre, pero su nombre es María Catalina, así le quiso poner su madre hace 25 años, Catalina es una mujer distinguida por su belleza interior y exterior, en las fiestas del 2020 bailaba y entonaba junto con el pueblo sincelejano la fecha de corraleja, cuando años atrás ella era una espectadora del desfile de carruajes.

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Catalina creció con la idea de representar a su departamento en el Reinado Nacional de Belleza y desde su infancia se preparó para ese momento, pasó de ser la Reina de la Simpatía en su escuela a ser parte de las 22 mujeres más hermosas de Colombia, todo gracias a la frase que repite constantemente para salir adelante “Los sueños del corazón, si los sueñas con fuerzas, se cumplen” aunque pertenecer a la elite del encanto nacional lo logró por un milagro, en el 2019 la representante de Sucre al reinado era Marisabella Vergara, lastimosamente Marisabella tuvo episodios delicados de salud que le impediría ir al certamen, y fue en una llamada telefónica que Catalina recibió la gran noticia de lograr su sueño, mientras las lágrimas salían de sus ojos, con voz agitada y nerviosa aceptó la propuesta de ser la nueva señorita Sucre a solo tres semanas del reinado, pero el corto tiempo no fue impedimento para ir a la ciudad de Cartagena por 11 días.

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La mujer sincelejana partió desde ‘la perla de la sabana’ al lugar donde sería pronunciada como la reina de Colombia, mientras arrastraba sus maletas y alzaba la bandera de Sucre, personajes representativos de la región mandaron sus mensajes de apoyo, como el cantante Alfredo Gutiérrez, conocido por entonar el porro sabanero de las fiestas que identifican Sucre, sin embargo, ella se quedó con el amor en cada abrazo de los sucreños. En medio del ajetreo y el bochorno al momento de partir a Cartagena con su familia, el pueblo esperaba de regreso la corona que Ariadna Gutiérrez ganó en el 2016, y esa responsabilidad quedó en manos de Catalina, devolver ese orgullo del departamento.

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Como sorpresa de su llegada, múltiples personas esperaban con ansias en el aeropuerto Rafael Núñez las mujeres más bellas de Colombia que se colgaban bandas con cada uno de los departamentos del que venían, entre ellos María Catalina Hoyos Arias por el departamento de Sucre; es de costumbre en los colombianos comparar rostros, cuerpos y caminados, para tener su favorita en el certamen, pero Catalina iba por su camino sin distracciones, no se guía del que dirán y con su propósito fijo a la corona, ella esbozaba en una sonrisa el orgullo del departamento, y reflejaba la admiración de modelos mujeres que aspiraban llegar hasta la corona.

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Las reinas se hospedaron en el hotel Hilton, y en el recinto, Catalina tuvo la fortuna de compartir junto con sus contrincantes, que se convertirían al mismo tiempo en compañeras de una experiencia llena de tacones, sonrisas y flashes, su compañera de cuarto fue la señorita Huila, Alejandra Salazar, y hasta la actualidad mantienen una amistad más allá de la rivalidad entre departamentos. Cada mañana la señorita sucre al despertar arreglaba su rostro delgado y definido, con su cabello oscuro hasta la cintura y su atuendo que traía desde Sucre de color blanco para los eventos que el certamen tenía preparado, sale del cuarto feliz, aunque no hay descanso para una mujer que llevaba en su caminado pesados accesorios, ella honró a su departamento en cada desfile al hablar, posar y modelar, muy en la noche descansaba de sus pies cuando no tenía nadie quien la mirara, se relajaba y duerme con el pensamiento de sobrellevar el olor a cabello quemado y ardor en los pies, pero definitivamente ella no cambió el sueño que tuvo desde que era una niña por un sufrimiento en los pies y un descuido en su cabello.

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En los últimos días su actitud positiva estuvo frente a cámaras, pero cada vez más agotada, guardaba sus energías para el certamen final, el más importante. Sin importar el rendimiento de sus compañeras y los ataques en redes sociales por ser la más bajita de todas las reinas, Catalina en la 67.ª edición del Concurso Nacional de Belleza, modeló su vestido morado con destellos y piedras preciosas a todos los colombianos, el público exclamaba sucre y ella sentía plenitud al momento de dar cada paso en el Centro de Convenciones Julio César Turbay; entre las finalistas quedo atrás, pero cuando Gabriela Tafur Náder, entregó la corona y las joyas reales a su sucesora, María Fernanda Aristizábal como Señorita Colombia 2020, ella celebró junto con ‘Mafe’, su triunfo. Al salir de la coronación se le acerca su madre eufórica a preguntarle cómo se sentía y ella responde “mi sueño es estar aquí, le debía este logro a la niña que veía las carrozas cada 20 de enero de representar su región y hoy con orgullo lo estoy realizando.”