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Dancehall, un camino hacia jamaica

crónica

NATASHA MANZUR (1).JPG

Natasha Manzur Gaviria

Instagram: @natasha_manzur

Sus manos temblaban, el sudor frío recorría su rostro, su mente abolida por el miedo, pero con una voz proveniente de su corazón que solo decía “hazlo”. Como una persona que se lanza por primera vez en bungee, Brandon estaba con los ojos cerrados, en el suspiro de un segundo simplemente se lanzó, es así como entró a su primera batalla de Freestyle. A la par que su cuerpo creaba movimientos por el espacio, su corazón latía al ritmo de la música Dancehall, su cerebro se entrelazaba con otros sentidos que le permitían oír y sentir cada paso. Su mayor esfuerzo y pasión lo llevaron victoriosamente al fin de la competencia Hype the fyah, lo que permitió a Brandon reafirmar que amaba y se sentía apasionado por el Dancehall.

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Como un videojuego a un niño, el Dancehall atrapó por completo a Brandon, una cultura que como un cuarto en el que hubo oscuridad durante la noche, se logra ver por el ventanal, como a la mañana siguiente se asoma un rayo de sol que le da luz a la isla más grande del caribe, azotada por la esclavitud, el racismo y la violencia, en el que se suscita un espíritu de segregación social que los divide entre ricos y pobres. Aquello que le devolvió la esperanza a Jamaica son el arte y la danza, un estilo proveniente del reggae que se denominó Dancehall que consiste en movimientos sensuales y de sentir la música. Desde 1980 ha tenido una intencionalidad social, los pasos tienen una historia acerca de dónde vienen y una que contar, esta cultura ha permitido a la isla liberarse, creando espacios de fiesta en los que todos tienen la oportunidad de expresarse.

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Son muchas las personas que llegan a esta isla con la mochila cargada de tópicos: rastas porreros, hombres violentos de los guetos de Kingston, reggae, marihuana, etc. Pero el crisol de armonía racial (cómo se denominan los jamaiquinos), es más que eso, las costas del paraíso tropical se tiñen de diferentes colores de piel, diferentes razas y creencias, que hacen a la diversidad cultural de la isla tan grande como la variedad de su geografía. Para Brandon, hablar y reconocer a Jamaica solo como un lugar violento, lleno de pobreza y desigualdad social, es algo completamente sesgado e ignorante, pues “está mal hablar en nombre de una sociedad ajena en la que no has vivido y no has sido testigo de sus problemas y sus evoluciones”.

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Es por ello que Brandon desea encontrar la forma de representar una cultura ajena, pero que a la vez siente tan parte de sí, “no se trata solo de aprender pasos, sino de conocer su historia” es ahí donde emprende su largo camino de conocimiento en el que se encuentra con grandes momentos y personas valiosas, tales como Daniela Osorio, “ella se convirtió en mi maestra no solo en la danza, sino también en la vida”. Fue gracias a ella que Brandon encontró su pasión, por quien escribió su nombre en la cultura al convertirse en uno de los pioneros del Dancehall en Pereira. La danza es promotora de momentos maravillosos como aquel fin de semana en Agosto de 2019, en el que Brandon cumplió uno de sus más grandes sueños a corto plazo, participar en un evento nacional de Dancehall, lo que describe como una experiencia indescriptible. “Conocí a tres mujeres poderosas a quienes admiro mucho, Las Mulatthazz, tomar clases directas de las mujeres que trajeron la cultura Dancehall desde Jamaica hasta Colombia, no es solo un honor, es un sueño hecho realidad y estoy eternamente agradecido por ello”.

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Para que un camino se forme es necesario que hayan rocas que de alguna manera harán tropezar a quien lo camine, momentos que serán como golpes en el proceso, como en noviembre del año 2019, en el que las paredes del lugar que por dos años estuvieron pintadas del enérgico color amarillo, estaban siendo pintadas nuevamente de blanco, el gran letrero que llevaba el nombre de su familia ya no estaba en su lugar. La academia Legacy, que había sido como una segunda familia desde sus 14 años, que fue testigo y gran apoyo para el crecimiento de la danza urbana en Pereira, estaba a punto de cerrar sus puertas. Pero, si no hay ganas de levantarse, ¿cómo puede seguir siendo construido el camino? De esta forma, con las manos de su segunda familia como apoyo y el amor de esta como aliento, Brandon dio un paso más en su camino e inició un nuevo capítulo.

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Es así como para el inicio del 2020, después de varios meses como náufrago en su danza, algo nuevo se avistaba desde su camino, Legacy Movement, como un movimiento cultural. Su familia abría nuevamente sus puertas y extendía sus brazos para acoger las calles y los parques de la ciudad con su danza, experiencia única que impulsó enormemente la danza urbana en Pereira, clases y talleres eran los confidentes de Brandon, formaban su camino y lo hacían crecer en su vida artística.  

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Para llegar a un destino, el camino que se recorra debe dar giros y tanto su vida como para el mundo entero, el 2020 parecía una película de giros inesperados. Para abril del 2020, en un abrir y cerrar de ojos, Brandon se encontraba en Canadá, con profunda tristeza dejaba todo aquello que había construido en su ciudad, personas y momentos inolvidables dejaba atrás, esto para conectar nuevos caminos y seguir construyendo el suyo. Sin embargo, no todo parecía ser un sueño, sino que por el contrario, para mayo y agosto, la película ahora parecía un largometraje de terror, guerras, protestas y una pandemia aterrorizaban al mundo entero.  Razones por las cuales no hizo mucho en su llegada al nuevo país, fue apenas para septiembre del mismo año que tuvo la oportunidad de reencontrarse con su pasión.

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Era impactante como en un país tan increíble, la cultura Dancehall no era tan reconocida, fue en una ciudad a dos horas de su hogar que pudo encontrar a alguien que hablara su mismo lenguaje, Glwadis, la chica que le estaba dando vida a la cultura en su país. Ahí entendió que el país estaba siendo reconocido a nivel mundial en el ámbito de la danza, lo que le llenó de orgullo y motivación para poner ahora en alto el nombre de Colombia y lo mucho que podría lograr en aquel nuevo lugar que le ayudaría a crecer y lo llevaría cada vez más cerca de su sueño, Jamaica. 

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